Ayer, miércoles día 22 de noviembre de 2017, tuve la grandísima suerte de poder ver a uno de mis actores favoritos sobre el escenario del paraninfo en La Laguna.
Una obra de la que supe su existencia gracias al periódico de la Universidad de La Laguna que es el responsable de los múltiples eventos a los que asisto.
Una escenografía sencilla sin demasiados elementos en la escena, en la que refleja la elegancia y el poder económico que posee el millonario representado por José Sacristán, nos hará reflexionar sobre la inmundicia del ser humano en el que el poder económico y político puede llegar a sacar lo peor de nosotros mismos, haciéndonos incluso cometer los peores pecados que puede cometer un individuo.
Personajes bien definidos, que mediante sus acciones nos harán conocer al resto de personajes con los que interactuan y que nunca salen en escena. Personajes como la novia del señor Ross (José Sacristán), en el que gracias al personaje representado por Sacristán, podemos imaginar lo que siente, el miedo a estar desprotegida y alejada de todo lo que conoce.
Por otro lado, Javier Godino representa la muñeca de porcelana, que al igual que el poder te atrae y resulta ser hermosa por fuera, pero que a su vez es tan frágil como el dinero o el poder político. Dos actores en escena que consiguen crear una obra de arte maravillosa que te hará cuestionarte infinidad de temas que serán los que te mantengan en tensión durante toda la obra. Con su uso de la música que resultará casi cinematográfico, como si, en realidad estuvieses asistiendo a un rodaje de una nueva serie y no a una obra teatral de la que te engancharás desde un primer momento y de la que siempre estarás pidiendo más. 
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